Plena inclusión reclama protección a la OADIS por una columna discriminatoria publicada en El Mundo

A veces hay medios de comunicación
que publican textos ofensivos y
discriminatorios para las personas
con discapacidad.
 
Esto es lo que ha pasado con un
artículo firmado por Federico
Jiménez Losantos y publicado
el sábado 8 de enero en el
periódico El Mundo.
 
En ese texto se decía:
«No es tan fácil destacar
entre los discapacitados
intelectuales».
 
Igualar discapacidad con
idiotez o estupidez
El autor escribía: «No es tan fácil destacar
en este elenco de discapacitados intelectuales».
Se refería a miembros del Gobierno.
 
Y después, usaba otras palabras como:
«idiotez», «estupidez» o «tonto»
para calificar a esas misma personas
a las que había calificado antes de
«discapacitados intelectuales».
 
Denuncia por discriminación
Plena inclusión ha decidido denunciar
ante la Oficina de Atención a la Discapacidad
un acto con el que El Mundo está
«usando un lenguaje discriminatorio
que fomenta prejuicios».
 
La confederación que agrupa
a 950 asociaciones que defienden
los derechos de 150.000 personas
con discapacidad intelectual
o del desarrollo señala
en una nota de prensa
que estos textos «presentan
a las personas con discapacidad
como seres inferiores».

Plena inclusión reclama protección a la OADIS por una columna discriminatoria publicada en El Mundo

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  • Plena inclusión denuncia ante la OADIS el artículo de El Mundo que equipara ‘discapacidad intelectual’ con “idiotez supina” o “estupidez”
  • La vicepresidenta de la confederación, una mujer con discapacidad intelectual, pide al director de El Mundo: “respeto y ayuda para hacer de esta una sociedad mejor”
 
Plena inclusión ha presentado esta mañana una denuncia ante la OADIS (Oficina de Atención a la Discapacidad), organismo dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, contra un artículo publicado el pasado sábado, 8 de enero, en el diario El Mundo, en el que su columnista Federico Jiménez Losantos emplea el término “discapacidad intelectual” para insultar y descalificar. La columna que se titula ‘En vez de carbón, Garzón’ dice: «No es tan fácil destacar en este elenco de discapacitados intelectuales», y prosigue equiparando esta afirmación con expresiones como: “estupidez”, “tonto”, “idiotez”, “la más constante en la boboncia” o “idiotez supina”.
 
En el texto de la denuncia presentada se dice: “Desde Plena inclusión consideramos inadmisible que un medio de comunicación publique artículos, sean o no de opinión, en los que el autor utilice el término «discapacitados intelectuales» como un insulto (…) Estas expresiones son claros ejemplos de lenguaje discriminatorio basados en estereotipos y prejuicios negativos sobre este colectivo de personas, agravándolos y reforzando además una jerarquía de diferencias en las que la discapacidad intelectual es una característica personal negativa y la persona que la presenta un ser inferior”. También se recuerda la enorme repercusión que alcanza un medio de comunicación como El Mundo y cómo este factor condiciona modos de entender la realidad.
 
Desde Plena inclusión se solicita a la OADIS que presente esta denuncia como un ejemplo de discriminación por razón de discapacidad ante el Pleno del Consejo Nacional de Discapacidad, al tiempo que demanda que se tomen medidas para prevenir la publicación de artículos que utilicen lenguaje discriminatorio hacia las personas con discapacidad intelectual.
 
CARTA DE LA VICEPRESIDENTA
Por su parte, Maribel Cáceres, la primera mujer con discapacidad intelectual que ocupa el cargo de vicepresidenta de Plena inclusión España, se ha dirigido por carta al director de El Mundo. En su misiva, Cáceres recuerda a este medio de comunicación que usar ‘discapacitados intelectuales’ como descalificación “resulta ofensivo para muchas personas que tenemos esa discapacidad”. Y prosigue: “No entiendo por qué publican columnas en las que se nos describa como “tontos” o “bobos”. Para finalizar añadiendo: “En mi vida he tenido que luchar una y otra vez contra este estereotipo: afortunadamente he logrado independizarme, trabajar, representar a otras personas como yo. (…) Yo me considero afortunada, pero muchas otras personas con discapacidad intelectual no tienen tantas oportunidades. Ni ellas ni yo tenemos que demostrar nada a nadie. Tenemos derecho a que se nos respete como al resto de ciudadanas. Y eso es lo que quiero pedirles: respeto y ayuda para hacer de esta una sociedad mejor”.
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