La responsabilidad social de Plena inclusión Aragón incluye la preocupación por el medio ambiente y los animales, empezando por aquello que tenemos más cerca: las mascotas. Este mes de junio, las oficinas de Plena inclusión Aragón recibieron una visita muy especial. Por allí pasaron Clara, voluntaria de la protectora de animales Adala Zaragoza, y su perra Iza. Hace dos años, Iza fue abandonada y Clara la adoptó a través de esta organización sin ánimo de lucro.
Clara contó a personas con discapacidad intelectual y personas trabajadoras de Plena inclusión Aragón su experiencia con el rescate de animales abandonados. Explicó cómo funciona una protectora, como Adala Zaragoza, qué tipo de intervenciones realizan y, en base a su caso personal, qué supone hacer voluntariado en una de ellas.
Animó a las personas participantes a acoger de forma temporal a los animales abandonados o maltratados que son rescatados y a adoptarlos de manera definitiva. Por ello, dio unas pautas sobre lo que implica tener mascotas de manera responsable.
Para ayudar a Adala con el coste que implica rescatar y cuidar, Plena inclusión Aragón estuvo recogiendo comida y productos para mascotas que donó a la protectora, como parte de su programa de responsabilidad social.