Mi casa, una vida en comunidad es un programa de carácter experimental que promueve un modelo de cuidados residenciales de larga duración en el que las personas con discapacidad intelectual y/o del desarrollo realizan una transición desde residencias o desde el hogar familiar a viviendas ordinarias integradas en la comunidad, esto es, en vecindarios de pueblos y ciudades, con apoyos individualizados.
El proyecto está liderado por Plena inclusión España y cuenta con 25 millones de euros de dinero público, financiados por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, gracias a los Fondos Europeos de Recuperación NextGenerationEU, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. De esa cantidad, 2,5 millones son gestionados por Plena inclusión Aragón, que coordina a las cuatro entidades participantes en esta comunidad autónoma: Atadi, Valentia, Fundación Cedes y Kairós. Algo que no habría sido posible sin la total implicación de la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, pues el fin último es investigar si el nuevo modelo impacta de forma positiva en la calidad de vida de las personas usuarias, y su viabilidad económica, con el fin de transformar la normativa y los catálogos de servicios sociales.