Miles de familias de personas con discapacidad intelectual conviven con la pobreza por falta de apoyos públicos

Plena inclusión denuncia la pobreza
que sufren muchas familias con personas
con discapacidad intelectual.

Estas familias no reciben suficiente apoyo
del Gobierno.
Por eso, tienen que gastar mucho dinero
para cuidar a sus seres queridos.

Mañana 17 de octubre es
el Día Internacional contra la Pobreza.
Plena inclusión y la Red Europea
de Lucha contra la Pobreza
hablan de este problema.

También llamamos a esta red
con las letras EAPN.

Un informe de EAPN dice que el 30%
de las personas con discapacidad
en España están en riesgo de pobreza.
Es 1 de cada 3 personas.

En el caso de las personas sin discapacidad
el dato es de 1 de cada 5.

Esto quiere decir que si tienes discapacidad
tienes más probabilidad
de vivir en la pobreza.

Las personas con discapacidad intelectual
lo tienen más difícil
porque les ofrecen trabajo de forma fácil.

Solo 1 de cada 5 personas
con discapacidad intelectual
tiene empleo.

Este dato está muy por debajo
del resto de la población.

Además, las familias tienen que gastar
27 mil euros al año de media
en el cuidado de las personas
con discapacidad intelectual.

Plena inclusión pide al Gobierno
más ayudas para estas familias.
Por ejemplo, conseguir de forma más fácil
el Ingreso Mínimo Vital
y más ayudas de dinero para familias
con hijas e hijos con discapacidad.

También pide mejoras en la educación
y en las ayudas sociales.

 

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  • Este 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el movimiento asociativo se une a la red EAPN, a la que pertenece, para visibilizar la precariedad económica a la que se enfrentan las familias de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo

Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, Plena inclusión se une a la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN) para denunciar la situación de precariedad en la que viven miles de familias de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. La falta de apoyos públicos y el sobreesfuerzo económico que estas familias deben asumir para cubrir las necesidades cotidianas de sus seres queridos las condena muchas veces a una situación de pobreza estructural.

En el Informe sobre el Estado de la Pobreza de 2023, la EAPN alertaba que el 30% de las personas con discapacidad en España se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 22,7% de la población sin discapacidad. Para las más de 400.000 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, esta cifra es aún más alarmante debido a las barreras adicionales a las que se enfrentan.

Desde Plena inclusión, se señala que la baja inserción laboral se ha convertido en uno de los factores clave que perpetúan esta precariedad. Según el último informe del INE, solo el 23,8% de las personas con discapacidad intelectual tienen empleo, una cifra que está 44,8 puntos por debajo del resto de la población. Además, la tasa de actividad de este colectivo alcanza apenas el 35%, lo que refuerza la necesidad urgente de medidas que faciliten su acceso igualitario al mundo laboral.

Efectos indeseados de la ley

A esta falta de oportunidades laborales se suma el sobrecoste familiar, un fenómeno que refleja el impacto económico que supone el apoyo constante a las personas con discapacidad intelectual. Según un estudio de Plena inclusión, este sobrecoste asciende a una media de 27.000 euros anuales por familia. Y, por si fuera poco, hay que añadir los efectos colaterales de la Ley 8/21 (modificación legislativa sobre la capacidad jurídica de las personas con discapacidad intelectual) pueden dejar a las personas y a las familias en una situación aún más precaria debido a la pérdida de prestaciones y beneficios fiscales.

«Es inadmisible que miles de familias que ya enfrentan el desafío de cuidar y apoyar a personas con discapacidad intelectual tengan que verse abocadas a la pobreza por la falta de apoyos públicos adecuados», denuncia Enrique Galván, director de Plena inclusión. «Pedimos al Gobierno medidas urgentes para garantizar recursos suficientes para estas familias que faciliten el acceso a la plena ciudadanía».

Entre las demandas históricas que Plena inclusión reclama, destacan:

  • Acceso preferente y facilitado al Ingreso Mínimo Vital (IMV) para las familias con personas con discapacidad a su cargo.
  • Compatibilización del IMV con la prestación por hijo a cargo en el caso de hijos e hijas con discapacidad, así como el aumento de esta prestación a 170 euros mensuales por hijo menor y hasta 570,2 euros para hijos con más de un 65% de discapacidad.

La falta de apoyos también se refleja en el acceso al sistema educativo, a prestaciones sociales y ayudas. Plena inclusión insta a las administraciones públicas a priorizar estas necesidades y garantizar un acceso igualitario y digno para las personas con discapacidad intelectual y sus familias.

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