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- Nueve estudiantes con discapacidad intelectual concluyen sus prácticas en establecimientos de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza
Sujetar con firmeza la bandeja, montar la espuma perfecta para un capuchino o controlar los tiempos de fermentación de una base de pizza. Todas estas destrezas, necesarias para ser un buen profesional de la hostelería, ya no son ningún secreto para los nueve alumnos y alumnas del curso de auxiliar de bar y restaurante para personas con discapacidad intelectual de Plena inclusión Aragón, ofrecido en colaboración con la Fundación Once, en el marco de la convocatoria 2021-2022 de Ayudas Económicas para la Selección de Operaciones para el Refuerzo de la Empleabilidad de Personas con Discapacidad Uno a Uno (Poises), cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), para la integración y activación laboral de personas desempleadas con discapacidad.
Bajo la dirección de Helena Peñalosa, el alumnado recibió 180 horas de clases teóricas en el Centro de Formación Saber de Hostelería de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza. Los estudiantes realizaron actividades de cocina, de barra y de sala, preparándose para trabajar en cualquier puesto en un bar o restaurante. También aprendieron a hacer cócteles, cafés gourmet, pasteles o pan.
Además, los nueve alumnos aprovecharon estos conocimientos para obtener el carnet de manipuladores de alimentos. Igualmente, asistieron a actividades formativas fuera del aula. Por ejemplo, en marzo participaron en el X Taller de Gastronomía de Aragón, celebrado en el Gran Hotel. También aprendieron a hacer la compra en un lugar fundamental para cualquier hostelero zaragozano que se precie: el Mercado Central. Allí aprendieron a elaborar un buen menú para un restaurante con productos de temporada.
La colaboración de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza también ha sido imprescindible para que los estudiantes pudieran realizar sus 120 horas de prácticas necesarias para obtener la titulación. Estas se han podido desarrollar en establecimientos adheridos a la asociación. Y, desde este verano, los nueve estudiantes han estado demostrando todo lo aprendido en lugares como el restaurante El Marengo o la tienda de platos caseros La Tradicional del Grupo Tandem, El Rincón de Sas, el bar vegetariano La Birosta o comidas para llevar Menta y Albahaca.
Con estas prácticas, concluye un curso que puede marcar un antes y un después en las vidas de estas nueve personas con discapacidad intelectual. Con él, acaban de dar un paso de gigante para romper la barrera que hasta ahora los separaba de la plena inclusión sociolaboral.