Editorial

Plena Inclusión propuso el pasado mes de mayo, en su congresoso estatal, celelbrado en Valencia, once retos de futuro para»ganar en conrunidad». Fs un rnodo de entender los apoyos y los servicios a las personas con discapac.idad intelectual o del desarrollo, con ula creciente necesidad de una mayor personalización e individualización de los nrismos.
Por otra p.rrte, el Consejo Territorial de Servicios Sociales arprobó en.lunio el Acuerdo sobre Critcrios ComLlnes de Acreclitación y Calidad de los Centros y Servicios para laAutonomÍayAtención a la Dependencia, enfoc.rdoa gararrtizar. el acceso a unos servicios defnidos, adaptados a cada persona yqLre aseguren el pleno respeto a su dignidad, autonomía y particip.rción social.
Desde que conrenzó la pandenria, venimos oyendo a los polÍt.icos, tanto autonómicos corno estatales, que hay que carninar hacia nuevos rnodelcls de atención. Las entidades de Plena lnclusión Aragón llevan rnucho tiempo implementándolos en solitario, sin apoyo institucional y con un qran esfuerzo organizativo y presupuestario, que les ha llevado al borde del colapso l_a crisis social, sanilaria y económica les está generando un incremento inasurnible de los gastos de funcionamiento, además un clima de incertidumbre, que se puede llevar por delante todo lo construido lentanlente durante décadas.
Por eso urge que el Cobierno de Aragón pase ya de las buenas intenciones a los hechos y priorice ese cambio, pasando de un modelo asistencialista a otro que garantice esos derechos El rnarco legal (Ley de derechos y garantías de las personas con discapacidad) se aprobó en 2o19, pero aún no ha empezac.io a desarrollarse. Acometer dicha t.ransformación requiere una f;nanciación justa, en función del coste, y no de la disponibilidad presupuestaria Pero Araqón tiene el dudoso honor de eslar a la cabeza en «derechos de papel», con un reconocimiento muy por encima de la cobertura efecliva
No avanzamos. Siquen los problemas de siempre, pero agudizados l.as listas de espera para los servicios residenciales y de atención diurna aumentan, hay retTocesos en el acceso a la salud y al trabajo y el empleo proteqido está a punto de desaparecer. Las familias estamos cansadas, envejecidas y, a menudo, enfermas, con diversos trastornos fÍsicos y emocionales, porque la vida no nos lo pone fácil. Hemos sufrido situaciones para llevarse las manos a la cabeza, al ver actuaciones, palabras, comentarios, dejadez y, a veces, un completo desconocimiento que roza la falta de respeto y la humillación.
Por todo ello, necesitamos con urgencia que los derechos sean hechos, y acortar la distancia de lo que se promete y lo que se curnple.

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