Editorial

Qué gusto da volver a la normalidad! Después de los años tan duros que hemos pasado, en los que el calor que solo da el contacto humano quedó reducido al frío ámbito de las videollamadas, por fin podemos vernos cara a cara y festejar juntos que las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo y sus familiares somos una parte esencial de esta sociedad diversa. Por eso vivimos con tanta alegría el Encuentro de Familias de Plena inclusión celebrado en Lardero.

Más de un centenar de aragoneses participamos en esta jornada de convivencia, junto a familias riojanas y asturianas. Damos las gracias a los profesionales de estas tres federaciones autonómicas de Plena inclusión, ya que todos pudimos disfrutar de este día gracias a su esfuerzo organizativo.

Se notaba que en nuestro movimiento asociativo hay ganas de participación; en fiestas como la de La Rioja, pero también en cuestiones de más hondo calado, como nuestro sistema democrático. Y es que nos encontramos en un momento crucial, a caballo entre dos citas electorales, en las que las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo también tienen mucho que decir y aportar.

Se van a cumplir cinco años desde que, gracias a la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral, en el año 2018, más de 100.000 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo recuperaron su derecho al voto, que nunca debió de serles arrebatado. Ese cambio legislativo fue un gran paso adelante para lograr que esta parte de la sociedad ejerza una ciudadanía de pleno derecho, algo por lo que Plena Inclusión Aragón y todas sus entidades asociadas llevamos muchos años luchando.

Pero el papel lo aguanta todo. Una cosa es tener un derecho reconocido, y otra muy distinta es poder ejercerlo en igualdad de condiciones que el resto de la sociedad. Hoy en día, nadie osaría a discutir que, para que muchas personas con discapacidad física o sensorial puedan votar de manera autónoma y respetando el secreto, necesitan determinados apoyos que garanticen la accesibilidad universal del proceso y los colegios electorales.

Pero, a la hora de incluir la variable de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo en la ecuación de unas elecciones universalmente accesibles, poca gente es consciente de la necesidad de contemplar también la accesibilidad cognitiva. Por ello, desde este movimiento asociativo no cejaremos en nuestro empeño de reclamar unas elecciones fáciles de entender, desde los programas de los partidos hasta la señalización de los colegios electorales.

El próximo 23 de julio nos jugamos mucho. No perdamos la oportunidad de convertir nuestro sistema constitucional en una democracia verdaderamente inclusiva.

Santiago Villanueva

Presidente de Plena inclusión Aragón

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