Vivir de forma independiente e incluida en la comunidad, con los apoyos y cuidados que cada cual necesite para garantizar su bienestar y su autonomía y respetando, por encima de todo, la dignidad de la persona. Esos son los principios sobre los que se asienta la nueva Estrategia Estatal de Cuidados ‘Hacia un nuevo modelo de cuidados en la comunidad: un proceso de desinstitucionalización’, aprobada este mes de junio por el Gobierno de España. Unos valores plenamente asumidos por el movimiento asociativo de Plena inclusión, y que se materializan en su proyecto ‘Mi Casa: una vida en comunidad’.
Es una “revolución del modelo de cuidados”, destacaba Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, tras su aprobación. Va a ofrecer una alternativa más centrada en las personas, frente al modelo de las macroresidencias “cuyas deficiencias”, señalaba, quedaron de manifiesto “en la pandemia.
“Con esta nueva estrategia vamos a transitar hacia un nuevo ecosistema de apoyos que dé respuesta, en el entorno cercano, a las necesidades y preferencias de las personas que necesitan cuidados y apoyos” de larga duración, apuntaba el ministro, haciendo hincapié en que se ofrecerán servicios más personalizados y de pequeña escala, en entornos comunitarios de proximidad, reforzando la asistencia a domicilio, la teleasistencia o los centros de día.
Este nuevo modelo pretende garantizar que sea cada persona la que elige su propio proyecto de vida, pudiendo mantener el arraigo en su entorno social de referencia. Se dirige a colectivos vulnerables, como las personas mayores, la infancia tutelada, las personas con discapacidad o sin hogar. Y se basa en el tránsito desde grandes instituciones residenciales alejadas de la comunidad a apoyos y cuidados personalizados en el hogar.
La configuración de la estrategia no parte de la nada. A la misma ha contribuido una serie de proyectos piloto puestos en marcha por toda España desde hace dos años, financiados por el Gobierno y la Unión Europea, “y que están siendo claves para tener conocimiento que permita consolidar este nuevo modelo y para demostrar que funciona”, afirma Bustinduy.
Proyectos piloto entre los que se cuenta ‘Mi Casa: una vida en comunidad’, una experiencia exitosa de pisos de vida independiente y en comunidad para personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo, coordinada en territorio aragonés por Plena inclusión Aragón y ejecutada por sus entidades Atadi, Valentia, Fundación Cedes y Kairós.